¿Qué haríamos, si realmente pudiéramos volver a vivir partes de nuestra vida?
¿Alguna vez nos hemos preguntado, hasta donde llegaríamos por…? ¿Qué estaríamos dispuestos a sacrificar por? ¿Qué haríamos, si realmente pudiéramos volver a vivir partes de nuestra vida? ¿Cómo hubiera sido nuestra vida si…? Con estas premisas, hoy vamos a hablar de un juego que nos permitir reflexionar sobre estas y otras cuestiones: se trata de Vambrace: Dungeon Monarch. Un juego de estrategia por turnos, gestión y constructor de mazos desarrollado por Dvora Studios; así como editado por Headup. Originalmente fue lanzado en Early Access hace unos meses. Pero desde el mes de mayo, el juego ha recibido la versión 1.0 con todo su contenido, que analizaremos a continuación.
Una nueva forma de aprender de los errores “del pasado”
Vambrace: Dungeon Monarch nos lleva a un mundo de fantasía oscura, aparentemente un tanto “tradicional”, basado en un maniqueísmo muy tratado en otras obras de fantasía: la lucha entre el bien y el mal. Hay un modo historia dividido en un prólogo y dos capítulos. Por otro lado, hay “libre”.
En la trama encargamos a un personaje “the Monarch” que ha conseguido ascender a líder de una mazmorra, bajo control de los malos y de su diosa “Hellforn”. La misión de este siniestro personaje es derrotar a los maravillosos y relucientes héroes de las facciones del bien que osan entrar a la mazmorra.
Supuestamente, el fin último es resucitar a Hellforn y posiblemente conquistar el mundo. No obstante, rápidamente nos daremos cuenta que en la historia de Vambrace hay varias constantes, una de ellas es que “nada es lo que parece”. Monarch realmente es un infiltrado de una de las facciones “buenas” que busca en realidad acabar con Hellforn.
Por desgracia para él, es traicionado y asesinado por Septhis y Gwen, sus jefes. Monarch muere traicionado en el prólogo, pero sorprendentemente vuelve al pasado recordando lo que va a ocurrir en el futuro. Tratando de evitarlo por supuesto.
La trama de Vambrace es bastante retorcida, como hemos dicho nada es lo que parece, muchos personajes tienen sus ambiciones, su lore. Hay bastantes giros con traiciones, intrigas y de alguna manera la exploración de las acciones, las consecuencias, los recuerdos, los “viajes en el tiempo”.
Podemos ver diversas ramas de la trama y sub-tramas que terminan convergiendo y girando en torno a las batallas de la mazmorra. También se pueden ver la psicología y la cosmovisión de ciertos personajes, así como sus cambios a tenor de lo que van experimentando, incluyendo a la propia Hellforn.
En esencia la trama es algo compleja, puede que, en algunos puntos, esté trillada o tire de clichés para que el jugador no vea venir los giros. Sin embargo, en esencia es una historia entretenida, contada de manera que el jugador termine inmerso en ella. Esto se debe a que se cuenta poco a poco, como capítulos de series que se veían en los noventa, cuyo final llegaba “en la mejor parte”. Esto claramente pretende que el jugador trate de prepararse rápidamente y superar la siguiente fase de combate para saber que va a ocurrir. Además, gracias a esos “regresos al pasado”, conocemos no sólo quien es malo o bueno, sino su motivación.
