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 Manejando a Dante   
En el tema de la jugabilidad del título, si vamos a analizar a cada 
entrega aparte, pues los cambios entre cada uno de los juegos en su 
momento fue muy grande, mostrando diferencias sobre todo en la segunda 
parte de la saga, probablemente la más polémica de todas. En lo que sí 
coinciden cada uno de ellos es en la gran cantidad de acción que los 
envuelve, pese a que alguno sea más lineal que otro. Pero Dante no solo 
acaba con sus enemigos a base de tiros o con el uso de su espada, 
también encontrará en cada aventura diferentes puzles (muy fáciles y 
sencillos, eso sí) y un desarrollo que nos invitará a explorar en según 
qué zonas, aunque la linealidad esté a la orden del día.  
     
  Dante contra Mundus   
La entrega original de la franquicia y probablemente la más querida por 
los fans no ha envejecido nada mal, pese a que la jugabilidad se ve en 
su mayor parte resentida por unas cámaras estáticas bastante molestas. 
Podría decirse que el primer Devil May Cry fue el primer Hack and Slash 
de la historia, y eso se nota si tenemos que analizarlo once años 
después. Incluso los controles resultan raros hoy en día, teniendo que 
pulsar diferentes botones para poder esquivar, pero por lo menos Capcom 
ha reajustado los controles para que fueran iguales que las versiones 
posteriores, como por ejemplo a la hora de atacar o saltar.    
En cuanto a la dificultad del título, sigue siendo tan alta como en el 
resto de la saga, desbloqueándose un nivel auto-fácil para todos 
aquellos que tengan problemas en los primeros niveles. Los que disfruten
 de la aventura por primera vez encontrarán un reto muy interesante y 
variado, mientras que los fans que lo estén jugando por segunda vez 
quizá lo encuentren demasiado corto, pues en nuestra primera partida 
conseguimos acabar la aventura en apenas cuatro horas de juego y con 
apenas dificultad. Eso sí, los añadidos como los logros y la gran 
rejugabilidad que tiene gracias a los niveles de dificultad que incluye 
hacen que sea un título de más de diez horas de duración, que el jugador
 disfrutará desde el primer momento.     Lucía y Dante unen fuerzas   
La entrega más polémica de la saga, que cambiaba prácticamente todo 
desde el primer título y que se convirtió en el “desterrado” de la 
misma, tanto por los fans del título hasta como por sus propios 
creadores. Un horrible conjunto de cosas lo convirtieron en una aventura
 difícil de jugar, con una jugabilidad nefasta en ciertos sentidos, como
 su sistema de combos. Pese a que se pretendió ofrecer un estilo mucho 
más espectacular (Dante incluso podía esquivar usando paredes) todo 
quedó en anécdotas, con un personaje lento y difícil de controlar y con 
una cámara estática que jugaba peores pasadas aún que las de la primera 
entrega.   
     
  La historia era prácticamente nula, Dante no hablaba ni hacía sus 
típicos chistes, por no hablar de unos escenarios y estilo artístico 
“soso” que destrozaba en gran trabajo de la primera parte. No logramos 
entender que pretendía Capcom, quizá dar más libertad al jugador con 
escenarios más grandes y ambientados en la ciudad, pero lo único que 
consiguieron fue destrozar el encanto artístico de la saga. Otras 
decisiones, como cambiar el tipo de enemigos, mezclas demonios con 
máquinas de guerra como tanques y helicópteros es otra de esas 
decisiones que no se entendieron en su día y que aún son más ridículas 
si lo miramos casi diez años después.  
 
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