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 Para ello, el juego se divide en dos fases. Por un lado están 
los dÃas de diario, en los cuales podremos construir una cantidad máxima
 de edificios, además de dar órdenes a nuestros vecinos. Podremos crear 
edificios como tiendas, para vender objetos, talleres, para construirlos
 o sintetizarlos, edificios de producción como granjas o cultivos, o 
elementos decorativos. Una vez tengamos estos edificios, tendremos que 
poner a una persona a cargo. Por lo general, cualquiera puede encargarse
 de una plantación, pero si ponemos a un personaje con nombre y 
apellidos al frente, obtendremos mejores resultados, además de ir 
acumulando experiencia con este personaje. Cuando hayamos dado todas las
 ordenes, podremos consultar que tal nos ha ido, un balance de nuestras 
cuentas, y un detallado resultado de qué materias primas estamos 
obteniendo cada turno y cuantas consumimos, para ir preparándonos para 
el futuro.  
    
   ¡A pasar el puente fuera!
  La segunda fase son 
las vacaciones. Y es que si bien podrÃamos esperar que Nelke, una chica 
noble y pizpireta, aprovechara estos dÃas para descansar, no podrÃamos 
estar más equivocados. En estos momentos tendremos disponible una 
determinada cantidad de energÃa que tendremos que elegir cómo emplear. 
Podemos visitar a nuestros vecinos, para mejorar nuestra relación con 
ellos, obtener bonificaciones, o misiones para cumplir. También podemos 
solicitarle a una alquimista que se ponga a trabajar en una 
investigación en concreto, ya sea para la mejora del pueblo, o para 
encontrar las Reliquias. O, lo más común, le podemos pedir a Nelke y 
compañÃa que se armen, y salgan un rato a dar un paseo.
  Estos 
paseos simplifican y redirigen el tÃpico farmeo y exploración de los 
RPGs, hasta tal punto que podrÃa funcionar sin problemas en algo como un
 teléfono móvil. Primero seleccionaremos a nuestro equipo, luego 
seleccionaremos una zona en la que ir a pasear, pudiendo invertir 
recursos en mejorar nuestras posibilidades o encontrar nuevos caminos, y
 luego, simplemente, esperaremos. Los personajes empezarán a andar, 
pudiendo encontrar recursos que obtendremos automáticamente, o enemigos 
contra los que combatir.  Las peleas son el punto más "reconocible" de 
un RPG, combates por turnos en los que seleccionaremos que hacer con 
cada personaje, si bien dispondremos de modos automáticos y 
semiautomáticos, para abreviar lo máximo posible estos tramos, sobre 
todo cuando ya estemos sobrados de nivel.
  Y como no... gestión del tiempo
  Si
 por algo se caracteriza la saga Atelier, es por su obsesión con el 
tiempo. La dificultad del juego no radica en los enemigos que nos 
plantea, o sus acertijos, sino en que consigamos cumplir una serie de 
objetivos antes de que pase un determinado tiempo. Y en Nelke, no podÃa 
ser de otra manera. Tendremos objetivos para los dÃas de diario, siendo 
uno de ellos especialmente importante, los objetivos mandados por 
nuestro padre, ya que fallar a la hora de cumplirlos implicará que 
perdamos la partida inmediatamente. Luego tendremos objetivos 
secundarios, que acabarán recompensándonos en forma de incrementos de 
población o desbloqueo de nuevas opciones para el pueblo, por lo que no 
es recomendable ignorarlos. También los vecinos pueden pedirnos favores,
 como obtener una determinada cantidad de un objeto, o construir algo.
  
     
    
   En
 las fases de vacaciones, la gestión del tiempo se vuelve a notar en la 
imposibilidad de dar paseos completos a la vez que visitamos a nuestros 
vecinos en el pueblo. Tendremos que elegir sabiamente en qué orden hacer
 cada cosa y ponderar si realmente nos compensa más subir de nivel la 
amistad con el herrero, o tener dos quesitos más de energÃa para buscar 
materiales.lier.
  
    
 
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