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 Bastonazos y escobazos desde el siglo XIX
  Foul Play es un
 hack 'n' slash de corte clásico, es decir, animaciones 2D y avanzar 
“pa'lante” dando palos a todo lo que se nos ponga enfrente sin ningún 
tipo de compasión. No contaremos con una barra de vida al uso 
tradicional, si no con una barra que determinará el nivel de excitación 
del público, si nos golpean, el medidor bajará obviamente, si llega a 
vaciarse, “moriremos”. La forma de mantener un medidor alto es evitar 
que nos golpeen y encadenar los combos más largos que podamos.   
     
  La
 variedad de enemigos es bastante alta siendo “exclusivos” de sus 
respectivos niveles. A lo largo de nuestras masacres de endemoniados 
iremos adquiriendo experiencia que nos servirá para subir de nivel y 
ganar nuevas habilidades de combate o ciertas reliquias que harán 
nuestro paso por los escenarios más apacibles. A modo de extras también 
desbloquearemos páginas del libro donde se nos detallará bestiario, las 
aventuras por distintos rincones del planeta y otros detalles.
  Como
 si de una obra de Shakespeare se tratase, el juego consta de cinco 
actos, a su vez divididos en otros cinco capítulos, lo que nos lleva a 
tener una duración bastante apetecible para un hack 'n' slash y para más
 inri, mayor a lo acostumbrados en los juegos descargables. Además, si 
lo que nos gusta es exprimir los juegos al 101%, nos llevará tiempo 
sacar todas las estrellas de los niveles y todos los objetivos que 
debamos cumplir en cada acto. 
  El teatro más vivo que nunca
  Inmediatamente
 después de poner el juego y ponernos manos a la obra, nos damos cuenta 
de un apartado gráfico al más puro estilo hack 'n' slash clásico. Esto 
es personajes en 2D pero la posibilidad de desplazarnos por un plano 
dando la sensación de profundidad. En determinados momentos nos 
encontraremos ante una gran horda de enemigos sin que haya ningún tipo 
de ralentización. El conjunto humorístico del juego se completa con un 
apartado gráfico singular, un cel shaded muy bien aplicado y que le 
viene como anillo al dedo.   
     
  Jugablemente no es mucho más allá del
 clásico machacabotones de toda la vida, salvo algunas excepciones. 
Desde las primeras partidas seremos capaces de encadenar combos 
realmente largos, que sólo se verán interrumpidos si nos golpean o si 
nos quedamos sin víctimas. La presencia de ciertas habilidades le dá un 
soplo de aire fresco al monótono, pero eficaz sistema de combate. 
  
 
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