Hyrule Warriors: La era del destierro

Switch 2
8.1
Hyrule Warriors: La era del destierro 10 TodoJuegos
Publicado el 16-11-2025 a las 21:51
Autor: Juan Ramón "juanramonh" Herrera

Desenterrando el pasado olvidado de Hyrule, ¡con la espada y la magia como testigos!

¿Creías que lo sabías todo sobre la guerra de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom? Pues agárrate, porque Nintendo y Koei Tecmo nos dan un bofetón de realidad con Hyrule Warriors: La era del destierro. Exclusivo para Nintendo Switch 2, este juego nos sumerge de lleno en las épicas batallas de la Guerra del Destierro, un conflicto que hasta ahora solo hemos atisbado. Nos preparamos para empuñar la espada, o lo que se tercie, porque la historia jamás contada está a punto de desatarse y promete desvelar secretos que redefinen todo lo que creemos conocer sobre el universo de The Legend of Zelda. Es la oportunidad de vivir de primera mano los acontecimientos que marcan el destino de Hyrule, desde las intrigas en la corte hasta las más sangrientas escaramuzas contra las hordas de Ganondorf.

Un plantel de héroes y villanos que no nos esperamos

La princesa Zelda, sí, la misma del futuro lejano, se une a la refriega. Pero la cosa se pone realmente interesante cuando metemos en la ecuación al Rey Rauru, el primer monarca de Hyrule con sus poderes Zonnan de luz y una piedra secreta. Y no viene solo, ¡su hermana Mineru y su esposa, la Reina Sonnia, también se unen al plantel! Mineru, experta en tecnología Zonnan, y Sonnia, con su sabiduría infinita y su poder para controlar el tiempo, prometen dar mucho juego.

Pero claro, ¿qué sería de un buen musou sin un villano a la altura? Ganondorf, el mismísimo Rey Demonio y el único varón Gerudo en cien años, lidera la ofensiva. Y para hacerle frente, un elenco de sabios y héroes que nos dejan con la boca abierta: Qy'a, la sabia del agua de los Zora; Agraston, el tenaz sabio del fuego Goron; Ráphika, el sagaz patriarca Orni; y Aruhdi, la compasiva líder Gerudo que se ve obligada a servir a Ganondorf. ¡Ah, y no olvidemos a ese enigmático gólem que puede volar y a nuestro amigo kolog Cálamo! La verdad es que el roster pinta espectacular, con una variedad de estilos de combate brutal.

Machaca sin piedad con el poder Zonnan entre otras armas

Como buen musou, la clave está en el gunplay (o en este caso, el espadazo y la magia) y en cómo desatas el caos. Aquí, la cosa no se limita a tus habilidades con el arma, sino que se expande con un abanico de posibilidades que invitan a la experimentación constante y a una gestión inteligente de los recursos. Cada personaje cuenta con un moveset único, diseñado para ofrecer una experiencia de combate distinta: desde la agilidad y los ataques rápidos de Zelda, que combina magia y armas ligeras, hasta la contundencia del Rey Rauru con sus golpes de luz y su capacidad para manipular el entorno. Los ataques básicos se entrelazan con combos más elaborados que, al ejecutarse correctamente, desatan ataques especiales devastadores, capaces de limpiar una sección entera del mapa y hacer volar por los aires a decenas de enemigos.


Pero la verdadera salsa de la jugabilidad llega con la integración de los poderosos artilugios Zonnan. Estos no son meros adornos; son herramientas tácticas que añaden una capa estratégica a la masacre. ¿Un hidrante para barrer enemigos y controlar grandes grupos? ¿Un igneocéfalo para prenderles fuego y aprovechar las debilidades elementales? ¿O una bomba con temporizador para explosiones a medida que rompen defensas y abren brechas? ¡Las opciones son muchas y la diversión está garantizada! La sinergia entre las habilidades de cada héroe y estos artilugios es fundamental: por ejemplo, lanzar un hidrante para mojar a los enemigos y luego usar un ataque eléctrico para maximizar el daño, o utilizar el igneocéfalo para calcinar a varios enemigos a la vez, creando una estrategia dinámica y muy gratificante.

Además, podremos realizar sincroataques con nuestros aliados para desatar combos aún más devastadores. La elección del compañero para el sincroataque no es baladí, ya que según el personaje con el que unas fuerzas, el resultado varía: algunos infligen un daño masivo, otros generan efectos de estado que aturden a los enemigos, o incluso limpian una gran área con un ataque elemental, añadiendo una capa de estrategia a la hora de elegir con quién combinamos nuestros ataques. La gestión de la barra de musou y las habilidades especiales, junto con la constante adaptación al flujo de la batalla, son la clave para dominar cada enfrentamiento y salir victorioso de las hordas enemigas.

Más allá de las misiones de la historia principal, el juego nos ofrece una gran cantidad de retos secundarios, a menudo de corta duración, que actúan como mini-misiones en el mapa. Estos desafíos son cruciales para conseguir objetos importantes y materiales escasos. Con estos objetos, podremos cumplir las peticiones de los personajes jugables, lo que desbloquea mejoras significativas: desde nuevos y espectaculares combos hasta aumentos en la salud máxima o mejoras en el daño de los ataques.

El mapa de Hyrule también está salpicado de diversas instalaciones, que añaden una interesante capa de profundidad a la gestión y progresión. Algunas se desbloquean al avanzar en la historia, otras mediante misiones secundarias específicas, pero la mayoría requieren que entreguemos determinados objetos. Entre estas instalaciones, encontramos el laboratorio armamentístico, un lugar indispensable para mejorar y fusionar las armas de nuestros personajes, aumentando su potencia y añadiendo atributos especiales. También disponemos de "favores", que son objetivos específicos para cada personaje que debemos cumplir durante las batallas para obtener recompensas únicas. Los almacenes nos permiten adquirir o vender objetos de mejora y materiales, gestionando así nuestro inventario. Y, por supuesto, tenemos los campos de entrenamiento, perfectos para practicar esos nuevos combos que vamos desbloqueando y perfeccionar nuestras habilidades. Al final, son muchos pequeños detalles y sistemas interconectados que le aportan al juego una profundidad muy interesante. Obviamente, cada vez que finalizamos una misión, nuestros personajes consiguen experiencia, rupias y objetos, elementos vitales para seguir progresando y fortaleciéndonos.

Horas de caos y sudor: así se vive el destierro

En cuanto a la duración, el título supera holgadamente las 20 horas de juego si nos centramos únicamente en la historia principal, aunque es complicado no dejarse llevar por los numerosos alicientes que nos lían con otros menesteres. A poco que dediquemos tiempo a las misiones secundarias y la gestión, las 30 horas las superamos sin problemas. Pero si queremos ser completistas y conseguir el 100%, la cifra de horas se disparará a más del doble de lo mencionado, garantizando una cantidad ingente de contenido para los más dedicados.

Respecto a la dificultad, Hyrule Warriors: La era del destierro nos ofrece diferentes niveles para adaptarse a todo tipo de jugadores: fácil, normal, difícil y muy difícil. Como es obvio, la elección dependerá de la destreza o el reto que busquen los jugadores. Sin embargo, si lo jugamos en el nivel recomendado por los desarrolladores, lo vamos a disfrutar de principio a fin, con alguna parte quizás un poco más complicada, pero que yendo con un poco de práctica supondrá el reto justo para no frustrar y mantener la emoción. El nivel fácil es más un paseo, perfecto para disfrutar de la historia y dar palos a hordas de enemigos sin preocupaciones, mientras que el más complicado exigirá que dominemos todas las habilidades, combos y la gestión de los artilugios Zonnan para superar este desafío, pudiendo llegar a ser un auténtico dolor de cabeza si no estamos a la altura.


La unión hace la fuerza, ¡y las recompensas!

Si eres de los que les gusta compartir la acción, Hyrule Warriors: La era del destierro te lo pone fácil con su modo cooperativo local. Podrás jugar con un amigo, dividiendo la pantalla o usando dos consolas con GameShare, tanto en local como online. ¡Ideal para arrasar enemigos en compañía! Cabe destacar, sin embargo, un caso peculiar: en una de las misiones clave de la historia principal, el juego inexplicablemente no permite la opción de pantalla partida, a pesar de que hay varios personajes jugables en pantalla y en otras introducciones de héroes sí hemos podido disfrutar del cooperativo. Es un pequeño detalle que no empaña la experiencia general, ya que el rendimiento del título no se ve afectado al jugar a pantalla partida, manteniendo siempre la fluidez.

Y para los coleccionistas y fans de la saga, hay más chuches. Si tienes amiibos de The Legend of Zelda, podrás escanearlos, un máximo de cinco al día, para conseguir recompensas in-game, desde materiales hasta objetos más útiles. Incluso si no son de la serie Zelda, puedes escanear otros amiibos para obtener recompensas "light", como materiales básicos, lo que siempre es un buen extra para tus aventuras. Además, si eres de los que ya tienen datos guardados de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom o de Hyrule Warriors: La era del cataclismo, recibirás bonificaciones especiales: una espada o un mandoble de la guardia ilustre tras completar la misión "La tormenta que aúlla". ¡Un guiño a los más fieles que siempre se agradece!

Apartado técnico

La premisa de Hyrule Warriors: La era del destierro es un espectáculo visual acorde con la nueva consola de Nintendo. Si bien los anteriores Hyrule Warriors ya eran bastante resultones en su apartado artístico, aquí esperamos un salto cualitativo que aprovecha la mayor capacidad de la Switch 2. Koei Tecmo, con su experiencia demostrada en el género y en la franquicia, exprime el hardware para ofrecernos hordas de enemigos en pantalla sin despeinarse, manteniendo una tasa de frames estable incluso en los momentos de mayor frenesí. Efectos de partículas épicos para los ataques especiales, explosiones que rellenan la pantalla con detalles, y entornos que realmente nos transportan al Hyrule del pasado, con una riqueza de texturas y una distancia de dibujado que superan lo visto hasta ahora. 

Los diseños de los personajes, que ya son geniales, lucen todavía mejor con ese extra de potencia, mostrando más polígonos, animaciones más fluidas y un nivel de detalle en sus atuendos y expresiones que contribuye a una inmersión total. La dirección artística, tan característica de la saga Zelda, se realza con un apartado técnico ambicioso que busca sorprender y maravillar a los jugadores, ofreciendo una fidelidad visual que eleva la experiencia del combate a gran escala.

En un juego de estas características, la banda sonora es crucial para meternos de lleno en la acción. Unas melodías épicas que acompañan a la perfección las batallas masivas, con temas que evocan la grandiosidad de The Legend of Zelda, pero con ese toque cañero y frenético propio de un musou. La mezcla de instrumentos orquestales, coros y elementos electrónicos crea una atmósfera vibrante que eleva cada enfrentamiento, con piezas que se adaptan dinámicamente a la intensidad de la acción, desde momentos de exploración hasta los picos de adrenalina contra jefes. Los efectos de sonido, desde el choque de espadas hasta las explosiones de los artilugios Zonnan, tienen que ser contundentes y suman a la inmersión, cada golpe resuena con fuerza, cada hechizo desprende un sonido distintivo que informa al jugador y lo mantiene pegado a la pantalla. 

La calidad del sonido ambiental también juega un papel fundamental, con los gritos de los enemigos, el clamor de la batalla y los efectos específicos de cada escenario que nos envuelven en el conflicto, creando una experiencia auditiva envolvente y creíble. Un punto a destacar, y que eleva la inmersión a otro nivel, es el excelentísimo doblaje en castellano con el que cuenta el título. Grandes actores de doblaje prestan sus voces a los personajes, como Nerea Alfonso repitiendo en el papel de la Princesa Zelda, aportándole una profundidad emocional brutal, y Alfonso Vallés, quien da vida a un imponente Ganondorf, transmitiendo toda la amenaza y poder del Rey Demonio. Las voces, contribuyen a la personalidad y el carisma de cada héroe y villano, añadiendo una capa extra de inmersión al lore. Logran esa mezcla entre la iconicidad de Zelda y la adrenalina de un Warriors, estando ante un apartado sonoro sobresaliente que permanece en nuestra memoria después de apagar la consola.


Conclusión

Hyrule Warriors: La era del destierro tiene todos los ingredientes para ser un éxito. No solo promete la acción desenfrenada y adictiva que esperamos de un musou, sino que además se atreve a expandir el fascinante lore de The Legend of Zelda de una forma nunca vista. Con un plantel de personajes brutal, la inclusión de los artilugios Zonnan y la posibilidad de revivir la historia de la Guerra del Destierro, este juego se perfila como una compra obligada para los fans de la saga y para cualquiera que busque un buen "machacabotones" con una historia de fondo potente. ¡A luchar por Hyrule!

Puntuaciones

Gráficos: 8.5

Sonido: 9.0

Jugabilidad: 7.5

Duración: 8.0

Multijugador: 7.0

Historia: 8.5

TOTAL: 8.1

Caratula

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