Desde hace algunos años, las series se han convertido en uno de los mayores entretenimientos de la sociedad. El salto de calidad que vienen dando ha establecido un negocio que ya casi supera al cine, con millones de visualizaciones por capítulo. En los videojuegos ya hubo una primera incursión en los títulos seriados de la mano de Telltale Games, y de esas mismas cenizas nace AdHoc Studio. Este nuevo estudio bebe de un enfoque que muchos reconocerán: uno donde no se busca sorprender con acción, sino con humanidad. En colaboración con Critical Role, uno de los grupos de rol más famosos de internet (creadores de La leyenda de Vox Machina), nos brindan este magnífico Dispatch.
El turno más largo de tu vida
En Dispatch no encarnas al típico héroe de cómic, sino a Robert Robertson, un antiguo superhéroe caído en desgracia al que proponen coordinar un equipo de supervillanos reconvertidos en héroes. El SDN es el servicio de emergencias de superhéroes donde recibiremos todo tipo de llamadas: desde auténticos conflictos hasta el clásico gatito atrapado en un árbol.
Por un lado, encontramos la trama al estilo Telltale, que evoluciona conforme avanzamos. Pero cuando cae la noche, desde su escritorio, Robert Robertson debe gestionar los recursos con los que cuenta entre un casting imposible de infames superhéroes.
Lo interesante es que todo se mueve en ese terreno incómodo entre lo heroico y lo cotidiano. La tensión no viene de los disparos, sino de los silencios, los errores y la culpa. Cada conversación está cargada de matices, y la historia se toma su tiempo para construir un drama que se siente más como una serie de televisión, al más puro estilo Invincible, que como un videojuego tradicional.
Serie interactiva con alma propia
Visualmente, Dispatch apuesta por una estética de animación americana, con movimientos fluidos y una paleta de colores que refuerza la atmósfera melancólica. No hay nada fuera de lugar: los planos, la iluminación y la puesta en escena parecen pensados para contar tanto con lo que se ve como con lo que se insinúa.
El doblaje en inglés es sobresaliente, transmitiendo todo el cansancio y la vulnerabilidad de sus personajes. Cuenta con un elenco de lujo, donde destacan Aaron Paul (Breaking Bad) y Laura Bailey (La leyenda de Vox Machina), ambos impecables en sus interpretaciones.
Decidir nunca fue tan incómodo
La jugabilidad, con ADN de Telltale, está llena de decisiones narrativas con tiempo limitado que influirán en pequeños devenires posteriores, combinadas con un sistema de gestión de activos de emergencia. Debes asignar héroes a misiones según sus habilidades, estado mental y energía. No es un gran desafío estratégico, pero encaja perfectamente con el tono del juego: cada decisión tiene un peso emocional, aunque no siempre cambie el rumbo de la historia.
Si algo se le puede reprochar a Dispatch, es que sus consecuencias aún se sienten algo contenidas. Parece que en este aspecto no hemos evolucionado tanto: la mecánica no termina de sentirse como una versión moderna de lo que ya conocemos. Las rutas que toman nuestras decisiones convergen demasiado rápido, y la parte de gestión podría haber sido algo más compleja, dejando ambas patas un poco cojas.
Aun así, el juego logra lo más difícil: hacerte sentir responsable mientras disfrutas de una serie interactiva magnífica, donde su verdadero desafío no es de habilidad, sino moral.
Ha optado por un sistema de lanzamiento que, en mi opinión, no acaba de funcionar: episódico, publicando tandas de dos capítulos por semana durante cuatro semanas, para un total de ocho episodios. Mi sensación es que, con tanto ocio al alcance y lanzamientos constantes, quien quería jugarlo lo compró desde el principio, pero la mayoría lo disfrutará ahora que ya está completo. El formato escalonado, por tanto, pierde parte de su sentido.
En lo técnico, funciona con fluidez. Los menús son claros, los textos legibles, la traducción es excelente y los eventos de reacción están bien calibrados, lo que facilita el acceso a todo tipo de jugadores. No es un referente en accesibilidad, pero al menos demuestra conciencia de diseño inclusivo.
Conclusiones
Dispatch no revoluciona el género narrativo, pero sí lo refresca con madurez y empatía. Es un retrato de lo que ocurre cuando los héroes cuelgan el traje y solo queda la responsabilidad. Dirigido a un público adulto que aún quiere jugar, tiene momentos de inocencia pura y nostalgia mezclados con una adultez +18. Que sean “dibujitos” no implica que sea para niños; eso ya lo aprendimos hace tiempo.
Una obra sobria, inteligente y emocionalmente contundente, casi como un escupitajo de sangre directo a la cara. Si te gustan las aventuras que te hacen pensar más que disparar, aquí hay una historia que merece ser escuchada. Ojalá haya una segunda temporada, porque AdHoc Studio ha demostrado que todavía tiene mucho que contar.