KinnikuNeko: Super Muscle Cat es una aventura plataformera en 2D que hará saltar tus alarmas de nostalgia en cuanto lo veas en movimiento. El título es tan absurdo como entrañable y nos presenta a un felino con el físico de un culturista que debe detener una invasión alienígena. Detrás del humor característico del anime y los excesivos músculos de nuestro felino fortachón hay un diseño muy cuidado, inspirado en la cultura japonesa de los 90, principalmente anime, manga y videojuegos, y una mecánica sencilla de avanzar, esquivar y saltar.
El otro gato cósmico
Estamos ante la visión de un solo developer, Kamotachi, que consiguió convencer al publisher Mameshiba Games de que este proyecto de 5 años de desarrollo merecía ver la luz. En Europa su edición física nos llega el 28 de noviembre en su Edición Estándar y Purrrrfect de la mano de Tesura Games para PlayStation 5 y Nintendo Switch y, como siempre, es una de esas ediciones especialmente cuidadas que realiza la compañía. Recordar que el título también está disponible para PC y consolas Xbox en edición digital.
La premisa es tan loca como imposible: Tras una invasión extraterrestre, la humanidad está perdida. Sin embargo, de la necesidad aparece un inesperado defensor dispuesto a salvar a la humanidad… en ropa interior. KinnikuNeko es un gato que, con la ayuda de un calzón deportivo de origen alienígena, toma el cuerpo de humano hipermusculado.
Un diseño sencillo, pero efectivo
Acompañado por sus amigos Lemon y Keita, nuestro gato debe alternar entre su forma felina, capaz de correr, saltar y trepar, y su forma “muscle cat”, que nos abrirá paso golpeando, saltando y rodando. Con poco más, nos encontramos ante un juego que en su sencillez encuentra su belleza. El nivel de detalle de los escenarios, el mimo con el que se ha realizado cada diseño, cada detalle y su banda sonora, nos permite disfrutar casi de un “anime jugable” donde lo importante es avanzar en la trama.
Y para cerrar el lazo de este precioso regalo encontraremos minijuegos de ritmo, gimnasios machaca-botones, fases de desplazamiento forzado donde la pantalla avanza y “te come” o las míticas fases de “naves”. Pura nostalgia directa a la patata. Es verdad que algunas colisiones y físicas no son del todo finas, y algún salto es un poco justo, pero nada que impida disfrutar de unas partidas donde no hay número de vidas y podremos repetir cada intento.
