Supreme Commander

Todo gira, al igual que en Total Annihilation, alrededor de las fuentes de energía que debemos encontrar y proteger, para construir generadores que nos permitan hacer crecer nuestra flota. El número de dichas fuentes está cuidadosamente balanceado para que nadie disponga de recursos cuasi infinitos, incitando el conflicto ante el temor de quedarse estancado.
Las batallas son, como hemos mencionado, masivas. Nada de construir unas cuantas unidades, agruparlas, y lanzarlas al ataque. Aquí una batalla dura bastante tiempo y es cambiante: lo mismo puedes destruir sus defensas mandando bombarderos a saco que dejas unidades de élite en la retaguardia, haces un ataque de infantería devastador mientras apoyas con unidades aéreas… Una orgía de destrucción a una escala, de verdad, nunca vista.

La campaña de un jugador nos va presentando poco a poco todas las opciones a nuestra disposición, a través de tres campañas diferentes (una por cada facción) compuestas por 6 o 7 enormes misiones cada una (de unas 3 horas de duración).

Novedades.
SupCom no va a suponer una revolución en el género como su predecesor, pero no defrauda introduciendo nuevos conceptos y elementos jugables.
La que más nos ha impresionado, y que tememos ha estropeado para siempre cualquiero otro juego de este tipo que no lo incluya, es el soporte para dos monitores simultáneamente. Es impresionante tener uno apuntando al centro de la batalla mientras que en el otro vemos el mapa general o administramos recursos, de verdad que te hace sentir que tienes el control absoluto de lo que ocurre y que si pierdes o te pillan la retaguardia es por tu culpa, y no por el interfaz del juego (lo que llega a ser más frustrante, te das cuenta de lo torpe que eres…). Cuesta al principio acostumbrarse, pero una vez le pillas el truco es complicado apagar uno de los monitores.

La otra sorpresa que te llevas es lo interrelacionadas que están todas las cosas en el campo de batalla, hasta donde llega la simulación de las unidades y edificios. Todo lo que haces tiene una consecuencia y un efecto secundario. Derriba uno de los terribles cazas del enemigo que te fríen a bombas encima de tus estructuras y verás a lo que nos referimos: al caer explotará y la destruirá, o caerá sobre un bosque cercano y lo incendiará… Sorprendente, divertido y que añade mucha profundidad al juego.