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Otra de las características básicas de todo juego de rol es la magia. Poderosos hechizos que nos pueden solventar la papeleta en más de una ocasión. Aquí a parte de los espíritus tenemos las gemas, bien las que encontremos nosotros o las que crearemos mediante combinaciones en el laboratorio proyectil, dentro de la aldea, donde Balbo y sus hermanos nos ayudaran a desarrollar nuevas magias. Pero en este título, el poder de la magia no solo es casi inútil contra los enemigos, si no que además es bastante lenta de invocar, dejándonos vendidos durante su uso, por lo que al final uno prefiere dar espadazos a diestro y siniestro antes de pararse a llamar a ningún espíritu. Hablando de armas, dispondremos de cuatro; espada, arco, mazo y mangual. Ya que el arco es tremendamente débil y el mazo y el mangual terriblemente lentos, acabaremos usando la espada excepto en contadas ocasiones especiales.
Siguiendo con el repaso de “como no olvidarse de elementos básicos en un juego de rol”, se ha de mencionar el apartado de subir de nivel. Para ganar experiencia, vitalidad, poder mágico… algo que aquí es bastante complicado de alcanzar, ya que los enemigos finales, por muy difíciles que sean, solo dan dos puntos de subida de nivel. Por lo que unido al excesivo precio de los bienes que podemos comprar, hacen que volverse un gran y poderoso guerrero sea tarea harto difícil.
APARTADO TÉCNICO
Pero no todo es malo en Children of Mana, contamos con unos gráficos bidimensionales que hacen gala de una rica y bella paleta de colores. Los personajes principales cuentan con todo lujo de detalles y sus animaciones aunque sencillas no desentonan. El elenco de enemigos secundarios así como los jefes finales es bastante extenso y variado. Los videos en el transcurso del juego, incluida la fabulosa intro de la que puede presumir, están realizados siguiendo una marcada estética manga. Los escenarios, destacando la aldea de mana, parecen tener vida propia, con personajes que viven paralelos a nuestra aventura, a excepción lógicamente de las mazmorras, con escenarios bastante repetitivos. Durante las conversaciones entre los personajes veremos las imágenes de ellos, estáticas pero bastante bien resueltas. En general, el apartado gráfico está bastante mimado, incluso a menudo nos sorprende gratamente con efectos bastante bien realizados de luz o agua.
En el tema sonoro, Children of Mana sobresale con unas melodías muy bien trabajadas, con bastante carisma y sobretodo pegadizas. Tranquilas y deliciosas para los momentos de transición, como la que suena en la aldea de Mana, o más ajetreadas para los momentos de combate. Aunque y pese a la buena calidad de las composiciones, hay que recordar que no son muy numerosas, por lo que en más de una ocasión se repiten y hasta llegan a resultar molestas. Los efectos de sonido directamente pecan de poca calidad, simples, pobres, escasos y, como en el caso del sonido de la espada, tediosos. Lógicamente y por los problemas de soporte, el juego no puede estar doblado, para ello ya contamos con subtítulos en castellano, pero no hubiera estado de más la inclusión de algunas voces digitalizadas.
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