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Una historia épica
"Si existe la maldad en este mundo, yace en el corazón de la misma humanidad"
-Edward D. Morrison-
Por medio de esta tétrica frase arranca la historia de Tales of Phantasia. El argumento da comienzo con un esplendoroso combate entre varios guerreros y un poderoso mago, que tras una ardua batalla, queda confinado en un ataúd a modo de sello. A continuación, la acción nos lleva a una época diferente, concretamente unos 100 años después. Allí tomamos el control de héroe de la aventura, Cless Alvein, un joven espadachín de diecisiete años que vive en un pequeño pero apacible pueblo, Totus. Durante una expedición al bosque junto con su amigo Chester Barklight, acontece la desgracia en el pueblo. Cuando ambos amigos regresan a su hogar, se encuentran con toda la villa quemada, apagada como una vela ante un soplido. Todos sus habitantes han sido asesinados, incluso los padres de Cless y de Chester. La respuesta a esta destrucción tiene que ver con un amuleto perteneciente a la familia de Cless, que no es otra cosa que la llave para sacar de su letargo al archimago Dhaos, encerrado por los héroes de la antigüedad que hemos mencionado unas líneas atrás. No vamos a revelar nada más acerca del argumento, pues no es nuestro deseo eliminar las sorpresas que se esconden en el argumento del juego. Solamente vamos a señalar que la historia es rica y tremendamente adictiva, al menos bajo nuestro humilde prisma.
GRÁFICOS
La edición para Game Boy Advance de Tales of Phantasia es una conversión directa, pero no de la versión original, sino del remake para Play Station. Esto se traduce en un cambio de "look", ya que la versión de Super Famicom (nombre japonés de SNES) fue concebida con una estética sensiblemente diferente. Los encargados de convertir el juego a Play Station tomaron la decisión de dar a los sprites un aire a personajes de manga/anime.
En esta versión Game Boy Advance se mantienen casi todas las particularidades visuales de Play Station, luciendo prácticamente el mismo motor gráfico (bidimensional). Se trata de una conversión notablemente buena pero que posee algún que otro defectillo que lo hace ligeramente inferior visualmente. Percibimos por ejemplo el empleo de una paleta de colores algo más oscura, como si se hubieran utilizado colores menos vivos. No hay que olvidar sin embargo que este videojuego fue lanzado en versión GBA en el año 2003 en Japón (por lo que nos llega con nada más y nada menos que tres años de retraso), y que todavía no se había explotado en demasía el hardware de la máquina de Nintendo. Seguramente hoy en día estos problemas se podrían haber resuelto con más facilidad, pero tampoco afectan excesivamente al juego así que no vamos a darle mayor importancia
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