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Historia simple pero con encanto
La historia que se narra en Dragon Quest VIII es muy simple, pero a la vez muy interesante y emocionante. El argumento del juego nos sitúa en un mundo de fantasía con ambientación medieval. La historia arranca con un prólogo que se centra en dos de los personajes más importantes del juego, el rey Trode y la princesa Medea. Éstos se encuentran apaciblemente en su castillo cuando un malvado hechicero, con intenciones más oscuras que su corazón, aparece repentinamente. Dholmagus- que así se llama el nigromante- conjura una maldición que convierte al rey en una rana parlante y a la princesa en una majestuosa yegua. El monarca, espantado por la transformación, decide iniciar una aventura para dar caza al mago y recuperar su forma habitual…pero claro, necesita ayuda de alguien. Aquí entra en acción un nuevo personaje con cierto aire al Gran Saiyaman (Gohan embutido en su traje de súper héroe) de Dragon Ball, que es nada más y nada menos que el personaje principal- es decir- tú mismo. Decimos "tú mismo" porque en Dragon Quest el personaje principal nunca habla y tampoco tiene un nombre previamente estipulado, se lo pones tu. El resto de personajes se irá uniendo durante la partida, pero ya desde el primer momento tendrás a Yangus entre tus filas, un personaje de pasado algo turbio (un ex ladrón rapiñador).
El juego es, tal y como reza su nombre, un gran periplo a través del mundo en busca de la cura para los personajes metamorfoseados. A diferencia de otros juegos roleros como Final Fantasy, Dragon Quest es un juego más desenfadado, visualmente y también argumentalmente. Hay muchos toques de humor que sin duda amenizan las horas de juego. No vamos a desvelar nada más, el resto será mejor que lo descubráis por vuestra cuenta.
GRÁFICOS
Estamos ante uno de los juegos mejor acabados de Play Station 2. Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito cuenta con unos gráficos fantásticos. Los desarrolladores de Level Five se han especializado desde Dark Chronicle en la técnica del Cell Shading, obteniendo resultados espectaculares. Dragon Quest VIII se beneficia de ello y hace gala de un diseño artístico encomiable, un mundo vivo que parece sacado directamente de una película anime.
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