Area 51

El motor gráfico 3D que incorpora Area 51 es uno de los mejores que hemos visto en rendimiento, calidad, suavidad y rapidez a pesar de mover al mismo tiempo una gran cantidad de objetos modelados con un gran nivel de detalle y de gran tamaño. Prácticamente todo el escenario es deformable y suma efectos visuales al entorno, como por ejemplo, el gas emana de la bombona agujereada por los diferentes agujeros de baja (precisamente por los puntos donde disparamos) o la animación de las llamas que surgen de otros objetos destruidos. Sin embargo la deformación del escenario no se limita a los objetos "decorativos", la deformación también afecta a las paredes que podemos usar para protegernos del ataque enemigo y cuya protección se va debilitando en la medida en que se ve sometida al fuego enemigo.

La responsabilidad del diseño gráfico de los alienígenas se ha depositado en un reconocido y experimentado diseñador de criaturas, Stan Winston. Si no lo conoceis por nombre seguro lo conocereis por sus trabajos, de sus bocetos han nacido diferentes criaturas como Alien, Predator y diferentes concepciones de dinosaurios para Jurassic Park. Se le pidió que desarrollara el arte conceptual de los más desagradables alienígenas y mutaciones jamás creados para un videojuego. Juzgar por vosotros mismos pero a mi juicio ha realizado un muy buen trabajo.

Brevemente, y para terminar con el apartado visual, debemos poner un acento en la iluminación, tanto la ambiental como la que podemos provocar al encender la linterna que incorpora nuestro rifle de asalto, esta perfectamente resuelta y ofrece un ambiente claustrofóbico digno de mención.

Física e IA
La IA que presentan los enemigos que nos acechan en Area 51 no le va ni mucho menos a la zaga de lo expresado en el apartado técnico. Los mutantes manifiestan una voracidad criminal sin limites, se nos echan encima a una velocidad que difícilmente nos ofrece margen de error al intentar acabar con su existencia antes de sea la nuestra la que vea su fin. Otros de nuestros enemigos no se distinguen por la velocidad del ataque, sino por su estrategia táctica. En lugar de ir abiertamente como una flecha hacia nosotros, buscaran cobertura, se agacharan y esperan el mejor momento para atacarnos, trabajando en equipo y eligiendo el mejor arma para acabar con nosotros.