CorrÃa el año 1998 en la pequeña ciudad industrial situada en el medio oeste americano, Raccoon City, empezaban a correr rumores y noticias como la pólvora acerca de macabros asesinatos y actos de canibalismo que, supuestamente, estaban teniendo lugar en las montañas Arklay, situadas cerca de la urbe. La cuerpo de policÃa local, el RPD, manda al equipo Bravo, parte de la unidad S.T.A.R.S a investigar lo sucedido... aunque pronto se perderá el contacto.
Con el fin de encontrar a sus compañeros perdidos y aclarar de una vez por todas los sucesos, el RPD decide enviar al equipo Alpha, el cuál pronto se topará con el cruel destino del equipo Bravo: unos muertos y otros desaparecidos. Mientras investigan, el equipo Alpha será atacado por unas bestias sedientas de sangre, lo cual los llevará a huir y refugiarse en una cercana mansión... aunque será de todo menos segura.
Y asà era cómo empezaba Resident Evil, asà era cómo nuestros queridos Chris, Jill, Barry y el menos querido, Wesker, llegaban a la famosa mansión. Mansión en la que se encontrarán con las más monstruosas criaturas, peligros en cada esquina, traiciones, conspiraciones y por supuesto pocos recursos con los que sobrevivir.
Redefiniendo el terror
Resident Evil, como ya hemos dicho, sentó las bases de muchos juegos venideros. Resident Evil Remake, le dió una vuelta de tuerca. Los gráficos prerenderizados eran (y son) absolutamente exquisitos, tanto en detalle como en la atmósfera que crean, personajes y enemigos con gran cantidad de detalles, fluidez en los movimientos, apartado sonoro de lujo...