Ford Street Racing

El audio presenta dos caras bien contrastadas, ya que aunque por una parte tengamos unos FX rebosantes de realismo que incluyen fieles aullidos de motores deportivos contrastados con matices importantes como realistas petardeos de las máquinas de gasolina de antaño, en lo que a la banda sonora respecta nos encontramos con la sorpresa (al menos en la versión que llegó a nuestras manos) de que no sonará canción alguna mientras conduzcamos, tan solo una discreta melodía en los menús de selección. Es una pena que  la gran ambientación retro conseguida por estos viejos lobos de la carretera no haya sido rematada con una buena banda sonora que abarcase desde los sesenta a los noventa, el juego ganaría mucho si nos diese la oportunidad de escuchar mientras conducimos  a grupos rockeros de los setenta como los Cream o los Purple lo cual dentro del contexto en el que los modelos que aquí aparecen nos darían un toque agresivo a algunas carreras, o el toque de elegancia que se conseguiría haciendo sonar a clásicos de los ochenta como Spandau Ballet o The Human league, ello quedaría perfecto con el regustillo de la vieja escuela que este UMD emana y completarían una de las mayores mermas de este juego.

Menos tunings y más Ford Capris
En cuanto a jugabilidad respecta nos encontramos con un título que está totalmente apegado a la palabra Arcade, ya que la conducción es suave y sencilla, los derrapes son comedidos y los vehículos mantienen la  estática quizá de manera demasiado rigurosa. Nos moveremos con el Stick analógico, que claro está que no es un Dual Shock, pero la respuesta que da en este juego es correcta y realista. Por lo demás los típicos controles de Sony en todos sus juegos de conducción desde tiempos de PSX siguen manteniéndose (¿qué pasará cuando algún título presente como acelerador otro botón que no sea la X?), y, puesto que la conducción es eminentemente arcade, poco cabe destacar. La interacción con los demás vehículos es algo discretita ya que por una parte la IA de nuestros contrincantes es bastante limitada y por otra parte nuestro coche volverá a parecer casi casi un bloque indestructible, ya que por mucho que lo golpeemos jamás arderá ni se le desprenderán partes, si que se han añadido la existencia de abolladuras y algunos pequeños elementos en suspensión cuando nos golpean otros coches, pero seguirá siendo totalmente irreal en este aspecto.

No nos encontramos ante un Arcade de conducción de tintes macarras al estilo Burnout, aquí no habrá coches saltando por los aires ni nuestro principal objetivo será escachar al contrario, simplemente adelantarlo, pero sí que contaremos con nitros bastante efectivos y por supuesto podremos entorpecer al rival con los choquecitos de turno. Los boost y los bloqueos a los rivales tornarán más estratégicos en la competición en equipo en la que debemos calibrar en todo momento la posición de nuestros dos integrantes e ir usando estas armas para cosechar la máxima puntuación posible. Por lo general nos encontraremos con una sensación de velocidad más que aceptable pero nunca a los niveles de otros títulos más basados en la pura velocidad (pongamos como ejemplo obvio Wipeout Pure), aunque nuestra PSP trabajará a una cantidad de frames por segundo más que aceptable.