Lost Empire: Immortals

Estrategia espacial de largo alcance

Nos encontramos en el año 4620. La guerra entre los inmortales Eonianos y los rebeldes Thari ha dejado la galaxia en ruinas. Las distintas razas mortales que pueblan el universo luchan ahora por salir adelante, reconstruir sus civilizaciones y comenzar de nuevo la conquista del espacio. Mediante la recolección de recursos y la construcción de poderosas flotas, buscan recuperar lo que antaño fue un universo lleno de vida. Mientras la guerra entre los mortales parece más que inminente, dos Eonianos supervivientes, otrora inseparables compañeros y en la actualidad acérrimos enemigos, planean en las sombras la mejor manera de utilizar a estos seres en su propio beneficio…

Esta épica historia nos introduce en el universo de Lost Empire: Inmortals, el último juego de Paradox Interactive, creadores de la famosa saga de estrategia en tiempo real Europa Universalis. En esta ocasión nos encontramos de nuevo ante un título de estrategia por turnos pero de ambientación espacial, muy al estilo del conocido Sid Meier’s Alpha Centauri. Presenta un estilo de juego en el que nuestra principal labor consistirá en la recolección de recursos. La correcta administración de los mismos nos permitirá ir desarrollando y expandiendo nuestro imperio intergaláctico y entablar relaciones con el resto de razas que habitan el universo en el proceso.

La introducción nos explica mediante imágenes estáticas el contexto histórico en el que se desarrollará la acción. Encontraremos dos modos de juego para un jugador y la inevitable opción multijugador, además de un estupendo modo tutorial que nos irá guiando a través de los diferentes menús que componen la interfaz del juego. La más que correcta traducción al castellano resulta de ayuda para comprender la ya de por si compleja red de menús y comandos de juego. Los dos modos para un solo jugador se nos antojan escasos, sobre todo teniendo en cuenta que se trata del mismo modo de juego pero con diferentes posibilidades a la hora de configurar la partida (número de razas, tamaño del mapeado, objetivos para la victoria…). Ambos nos invitan a desarrollar una de las seis razas disponibles prácticamente desde cero, partiendo de un universo generado aleatoriamente. El comienzo aleatorio nos garantiza partidas diferentes cada vez que nos sentemos a jugar, algo de agradecer teniendo en cuenta la escasez de modos. El multijugador nos permitirá entablar partidas con hasta diez amigos, ya sea mediante red LAN o a través de Internet.

Centrándonos en el aspecto técnico, nos encontramos con una representación bastante simple del universo a explorar, pudiendo visualizar los diferentes sistemas planetarios y flotas en unos sencillos gráficos en tres dimensiones. Realmente este tipo de juego no requiere de un gran alarde gráfico, pero habría sido de agradecer un mayor detalle y variedad en los modelos para evitar la sensación de monotonía. Al entablar batallas con alguna civilización rival se nos mostrarán unos gráficos mucho más trabajados, pero desgraciadamente se trata de secuencias no interactivas en las que nos limitaremos a observar su resultado, el cual variará dependiendo de las características de las flotas participantes en la contienda. Por otro lado, los menús y el resto de la interfaz resultan claros y cómodos de utilizar, pese a la abrumadora cantidad de aspectos a gestionar que nos presenta. La mayoría de las pantallas contendrán enlaces entre los menús que nos facilitarán bastante la navegación. En cuanto al sonido, unas discretas melodías nos acompañarán en el transcurso de la partida. Cumplen su cometido en cuanto a ambientación pero no destacan en calidad ni variedad. Los efectos sonoros resultan prácticamente inexistentes.