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Cuando la pluralidad de género ahoga
Un concepto que hay que aclarar cuando debatimos diversos aspectos de un videojuego, es el propio concepto de industria. El videojuego como tal, no pretende ser ni un vehículo de emociones, ni una representación artística como tal: es un compendio de experiencia jugable, iconicidad plástica y ciertos valores marcados a la tendencia del mercado. Actualmente, en un periodo relativo a los últimos cinco años, el sector de los FPS ha crecido en cantidad y calidad, siendo normalmente los tres o cuatro mejores títulos del año siempre en mayor o en menor medida shooters.
El porqué tiene varios motivos: se ha descentralizado la industria de desarrollo de videojuegos de Japón, siendo tan popular o más en EEUU o Europa. Halo y la revolución que condicionó adaptar de una forma estándar el formato de shooter clásico a consola sin perder esencia por el control también propició la creación de juegos de este género en masa. La conclusión es obvia: el mercado ofrece lo que el usuario exige en más cantidad y cada vez con mayor calidad.
Este es probablemente el principal problema que desencadena el desastre de Conflict: Denied Ops. El juego proviene de una saga ya consolidada, de forma modesta y bastante discreta, pero sabiendo destacar ya que en la pasada generación supo encontrar su sitio (especialmente la segunda entrega de Desert Strike). Ahora la saga Conflict se enfrenta a dos grandes adversarios: su mediocridad, patente en cada píxel del juego y lamentablemente, la altísima competencia.
Durante el pasado año 2007, probablemente se hayan publicado los mejores shooters de los últimos años, abarcando prácticamente todo tipo de subgéneros que puedas desear: Bioshock, The Orange Box, Halo 3, Call of Duty 4 o The Darkness son algunos ejemplos de cómo el género ha ido evolucionando por diversos caminos. La premisa de Conflict (co-operar con un compañero en el campo de batalla) sí que es cierto que pretende alejarse de estos conceptos, pero está muy manida y dentro de prácticamente nada, EA promete publicar una contra-partida mucho más rica en matices y personalidad.
En el nuevo Conflict, encarnaremos el papel de un soldado retirado con sed de sangre y un deportista profesional que tras los atentados terroristas que atormentaron EEUU en 2001 busca venganza. Intentando obviar la premisa fascista y perniciosa que el juego hace gala durante todo su desarrollo, nos encontramos ante un título de ambientación militar inspirado en los conflictos más recientes desde oriente medio a Suramérica.
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