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Namco ha ido consiguiendo a lo largo de los años una experiencia tal en el género de lucha, que ahora no hay quien le pare, y se atreven incluso a experimentar con cosas nuevas.
Los juegos de lucha siempre llegaron a lo más alto de las listas de ventas y recreativas con las dos dimensiones. Sagas como King of Fighters, Samurai Shodown o Street Fighter marcaron un antes y un después en el género.
Poco más tarde, las ansias por innovar hicieron que el género de lucha evolucionara, y aparecieron juegos como Streets of Rage, ya un clásico, donde había peleas, pero con una simulación de 3D muy atractiva para la época, y que no limitaba los escenarios a unos pocos metros, sino que se podía ir caminando durante un rato hasta terminar con todos los enemigos.
Mortal Kombat también participó en aquel saco de juegos que surgieron como plagas de lucha 2D, y que tantas horas de diversión aportaron a nuestra infancia, sin embargo, Mortal Kombat fue la primera en abandonar con éxito las 2D para pasarse a las 3D. Digo “con éxito”, ya que antes lo hizo Street Fighter, pero con pésimos resultados.
Y apareció Namco con el juego Tekken. Al igual que Street Fighter revolucionó el juego de lucha en 2D y será por siempre el mejor ejemplo de dicha época y género, Tekken lo es y será, de la lucha en tres dimensiones.
Con los años, Namco ha ido consolidándose como la reina en este tipo de juegos, y no sólo con Tekken, sino también con la saga Soul Calibur, de Namco igualmente, y único competidor de Tekken.
Pocos son los juegos de pelea que logran llamar la atención, a no ser que sea de Namco, que por experiencia y trayectoria, la gente confía más en dicha compañía que en cualquier otra.
Últimamente estamos viendo una pequeña evolución en los juegos de lucha. Se está tendiendo a hacer lo mismo que se hizo antaño, pero esta vez en tres dimensiones. Un ejemplo de ellos es el “The Warriors”, que aunque no sea un juego de lucha, tiene a ésta como coartada para su jugabilidad. Ahora Namco saca a la luz Urban Reign, un juego que recuerda mucho a Street of Rage, pero con la jugabilidad y experiencia de los juegos de lucha más actuales.
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