|
Los estudios de Sony en Londres nos traen Spy Toy, un videojuego basado en la tecnología Eye Toy que nos permitirá transformarnos en agente especial.
Súper espía descafeinado...
Hace unos pocos años, Sony Computer Entertainment decidió invertir en la investigación para descubrir nuevas y diversas vías jugables para acoplar a su consola Play Station 2. A raíz de esto, en los últimos tiempos hemos visto como han surgido en el mercado un puñado de títulos manejados por extraños y rimbombantes periféricos. Los fans de Operación Triunfo e incluso los simpatizantes del arte de cantar en la ducha (que alguien nos coja confesados), pueden disponer de su momento de gloria (o de su caída en desgracia, todo depende de las cuerdas vocales de cada uno) gracias a Singstar, un peculiar videojuego que permite-mediante un micrófono incluido en el pack (que se conecta a la PS2)-instalar una mini-estación de karaoke en casa. El juego resulta entretenido para jugar con amigos o con la familia...pero...¿que piensan los vecinos al venirles encima tan aciagas notas musicales? Personalmente creo que me puedo poner en situación igual o mejor que cualquiera de los lectores que estén degustando este escrito (esperemos que no se os atragante); he tenido que padecer los estragos de poseer a una vecina que, a ritmo de bulería, se pasaba las horas desafinando las canciones del ricitos más plasta del panorama musical actual (con permiso de David Cibera, Paulina Rubio y demás). Hasta cierto punto resulta una experiencia tolerable, incluso divertida. Sin embargo llega un momento en que juras y perjuras que vas a derribar la puerta de la casa de la vecina para pedirle “amablemente” que cante más bajo, o que a lo sumo, apague durante unas horas su Play Station 2. La otra solución- más civilizada por supuesto- es tenderle la mano y formar un dúo dinámico para mortificar doblemente a los demás vecinos del inmueble.
Dejando de lado el tema del Sing Star, que ya me he explayado demasiado, volvamos al tema de las innovaciones. Hace tan sólo unos días, Sony ha comercializado Buzz: El gran concurso musical.El videojuego es una especie de trivial musical (en realidad simula un concurso de televisión) que viene con un pulsador para responder las preguntas (se conecta en el puerto USB de la consola). Sin duda una idea brillante que amplia un poco más el gran plantel de periféricos que ya se pueden encontrar en las tiendas.
Tú eres parte del juego
Aun así, si hay que hablar de innovación, lo mejor será que enumeremos las virtudes de otro periférico que salió mucho antes que los dos que hemos descrito anteriormente. Se trata de la cámara USB Eye Toy, una tecnología que permite al videojugador formar parte de la acción. Los videojuegos creados en exclusiva para este periférico suelen incluir numerosos minijuegos que explotan de manera increíble las capacidades del hardware. El juego más curioso de este tipo es sin duda Eye Toy: Kinetic, un videojuego que sirve como excusa para mover el esqueleto y hacer gimnasia.
El creador de esta espectacular innovación es Richard Marks, un galardonado ingeniero aéreo que anteriormente formó parte de la empresa Teleos Research y que actualmente dirige en el grupo de Sony Play Station la unidad de proyectos especiales vinculados a la realidad virtual y la creación de interfaces.
Esta breve reseña biográfica nos sirve para adentrarnos en el último juego que Sony Computer Entertainment, concretamente sus estudios de Londres, han desarrollado basándose en la tecnología Eye Toy. Con el nombre de Spy Toy, la compañía nipona pretende que el jugón se convierta rápidamente en un súper agente especial más parecido a Jack Bauer (de la serie 24) que a un James Bond de corte tradicional y elegancia suprema. Sonar suena realmente bien, basta con pensar en la de cosas que se podrían hacer mezclando la combinación explosiva de la cámara Eye Toy con una peli de agentes especiales. Por desgracia las imágenes mentales que podríais crear seguramente se romperían como un espejo al ser lanzado desde un lejano quinto piso. ¿Por qué? Simplemente por una sencilla razón; la idea era muy buena, original incluso, pero ha sido plasmada de una forma no muy positiva.
|
|
|
