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En el siglo XIX Julio Verne escribió un montón de obras en las que casi predijo el futuro. Una de ellas fue “De la Tierra a la Luna”, en la que un grupo de científicos viajaba hasta la luna a bordo de un proyectil lanzado desde un cañón.
Los chicos de The Adventure Company han desarrollado un juego en el que llevan a cabo las fantasías de Verne. Convierte en un explorador lunar del XIX en esta aventura gráfica.
El juego nos pone en la piel de un científico que esta viajando en un proyectil rumbo a la luna. Por supuesto ese es sólo el comienzo, ya que la nave aterrizará en la luna y allí hará todo tipo de descubrimientos asombrosos. Encontrara atmósfera, seres vivos y hasta ruinas de una antigua civilización. Podría contar más, pero no quiero desvelar nada del argumento. No es que tenga grandes giros argumentales, pero mejor si uno se enfrenta a los enigmas con la misma información que tiene el protagonista, o sea, ninguna en absoluto.
Entorno cuidado
La aventura tiene perspectiva en primera persona con gráficos prerenderizados que lucen muy bien. Los detalles del escenario están mimados y lo cierto es que un juego con una agradable presentación. La música que acompaña ayuda a mantener una actitud relajada. E incluso los personajes que se mueven en el menú del juego están cuidados y le dan un ligero toque humorístico que es de agradecer.
¿Plácidas vacaciones en la luna?
Sin embargo a pesar de los detallados escenarios y de la relajante música el jugador no tardará en descubrir que en este juego es posible morir, de hecho sucederá muy a menudo al principio del juego. Para ser sincero debo decir que a pesar del relax de la música estuve ligeramente estresado la primera vez que morí. Un simple mensaje del protagonista alertándome de que no se encontraba bien y un reloj de arena que corría indicando el tiempo que me quedaba. Y al acabar la arena la muerte.
Pero tampoco es tan grave, los diseñadores no han querido que esto sea para tanto. Cuando uno muere el juego retrocede automáticamente y te permite realizar las acciones necesarias para evitar la muerte. Y sin necesidad de haber grabado la partida, lo que es muy de agradecer. Aunque eso no quita el hecho de que yo tarde varias vidas del pobre protagonista en averiguar a tiempo que hacer antes de que se muriera. Al final siempre se puede acceder a todo lo necesario para resolver todas las situaciones, de forma que es imposible caer en un callejón sin salida que obligue a recuperar una partida grabada. Personalmente lo prefiero, así puedo experimentar sin miedo a morir y tener que cargar una partida anterior, sobre todo porque soy despistado y la ultima partida guardada puede ser de hace bastante tiempo.
Y es que explorar y moverse por el juego es una delicia. Las primeras cosas que hay que hacer en la nave son más o menos sencillas, pero una vez se pone el pie en la luna la cosa mejora notablemente. Es una delicia enfrentarse a los mecanismos necesarios para poder utilizar las viejas maquinas o para poder abrir las puertas de las ruinas. La dificultad no es excesiva, pero en la mayoría de las máquinas el desafío es simplemente que no hay ningún manual que diga que hay que hacer para resolver el enigma. De modo que el primer paso es tratar de averiguar que significan los símbolos y que se supone que hay que hacer. Y luego realizarlo, lo que no siempre es trivial.
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