Lo que más nos ha gustado ha sido la gran integración que se ha hecho del juego social con StreetPass y nuestros amigos. Los encuentros que hagamos nos permitirá utilizar a los Miis para aumentar la población de determinados pueblos y utilizar a esos habitantes para reconstruir poblados creando nuevos edificios. Si un habitante puede construir una tienda de armas en 10 horas, con dos encuentros lo reduciremos a la mitad. Además, podremos hacer invocaciones, como es tradición, pero en este caso invocaremos a nuestros amigos, que nos ayudarán en combate.
Todo esto envuelto en unos gráficos preciosos, aunque prerenderizados, que hacen uso del 3D esteroscópico para representar con acierto la profundidad de los escenarios. Estos ambientes nos meten de lleno en la historia y son fieles a la historia que nos cuentan. Hasta donde hemos podido probar, la historia vuelve a ofrecernos como protagonistas unos cristales de poder que han perdido sus fuerzas, permitiendo que la oscuridad se haga con el mundo de nuestros cuatro protagonistas a los que el destino une, a pesar de que cuentan con orÃgenes muy diferentes.